Ligeramente al sur de la conocida y peculiar comarca lucense Terra Cha y manteniendo sus características orografi cas y naturales, se encuentra la comarca de Friol, su nombre no es casual porque sus inviernos son duros y unos 10 Km al sur de Friol (en Friol se celebra todos los años en el mes de marzo la Feira do Queixo e Pan de Ousá), se encuentra la pequeña aldea de Senande, prácticamente un caserío, y allí encontramos, no sin difi cultad, la quesería de Doña Josefa Vázquez.Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Ut elit tellus, luctus nec ullamcorper mattis, pulvinar dapibus leo.
Rodeada de fértiles pastos, divididos en parcelas de las formas más estrambóticas, cuyas lindes son árboles caducifolios y muretes de piedra, se encuentran la vivienda y anexas la granja y quesería, también de piedra. Edifi cios que vivieron el siglo XIX con seguridad.
Josefa vivió en esa casa desde niña, se casó y adquirió una pequeña ganadería de vacas frisonas, para producción de leche. Cuando su marido enfermó, vendieron la ganadería y se quedaron con sólo dos vacas, para el consumo familiar de leche y mantequilla. Con los excedentes, decidió hacer quesos artesanos, con mimo y ternura. El producto refl ejó el amor y delicadeza en su elaboración y adquirió cierta fama en la comarca. Josefa intentaba venderlo en las Ferias de los pueblos próximos, pero la alteraba y frustraba sobremanera que le regateasen el precio de los quesos, sin tener en cuenta el esfuerzo que suponía, hasta que la fortuna hizo que se cruzase en su camino José Miguel Vázquez Fortés
José Miguel heredó de sus padres, una pequeña frutería en Chantada, fundada en 1943 y no quería cerrarla, pero necesitaba reinventarse. Entonces pensó en las señoras que hacían quesos artesanales en la comarca, visitó muchas granjas, probó muchos quesos, muchos no servían porque no fermentaban bien. Hasta que dio con Josefa sobre 2008 y le cuadró. Aumentaron la producción alrededor de 2014 y en 2018 fundaron la actual empresa
La producción actual es de 2500 piezas de 900 gr al mes y algunas de 250 gr para un comercio Gourmet. El plan de futuro pasa por doblar la producción hasta 5000 piezas. Aumentar más con esta calidad, sería insostenible
La cabaña… La quesería tiene en la actualidad algo más de treinta vacas de varias razas. Tiene algunas Jersey, que son muy pequeñas y dan poca leche, pero de grandísima calidad, tiene una mayoría de Pardo alpinas, con mayor producción de leche, alguna muy grande, negra, cruce de pardo alpina con Holstein y aún tiene alguna Ratina, raza en regresión en Galicia, es de actitud mixta y, al parecer fue un cruce que se hizo de Pardo alpina y Rubia gallega. La Xunta de Galicia decidió que las razas deberían dedicarse a carne o a leche.
A las ocho y cuarto, con cierto retraso por lo intrincado de las carreteras, llegamos a la granja para presenciar el primer ordeño. Nos recibe Miguel, pero nos pasa rápidamente con Carlos, originario de Colombia y que es el encargado de las vacas. Lleva trece años trabajando con el ganado vacuno. Entramos a la zona de ordeño, donde en ese momento hay unas diez vacas de diferentes razas. En primer
lugar pasa la mano a las ubres para quitar restos de arena o tierra, luego les echa espuma desinfectante y las seca con un papel (es importante no limpiar ubres de diferentes vacas con el mismo papel o trapo, porque cada vaca tiene sus propias bactérias lácticas), les saca un par de chorros (despunte) para evitar impurezas en el primer ordeño y les enchufa a la bomba de vacío. Después del ordeño les sella las ubres con un producto, hasta el ordeño de la tarde. La producción de leche de cada vaca varía, dependiendo del tiempo que haya pasado desde el último parto. Al principio es muy alta, alcanzando los 40 lts por día. Las vacas tienen, normalmente un parto por año, las tienen tres meses en alta producción y después es muy importante determinar sus “celos”, para inseminarlas en el momento optimo. El embarazo dura nueve meses y a partir de los siete meses, las ubres se secan, preparándose para el parto y un nuevo aumento de producción lechera. Normalmente el ordeño matinal proporciona más leche que el vespertino.
Una particularidad de esta quesería es que las vacas están comiendo heno mientras se ordeñan, lo que las mantiene muy relajadas y producen más. Normalmente el ordeño de cada vaca dura una media de 5 minutos. Después del ordeño las alimenta con un producto preparado de remolacha y las suelta en los prados
hasta las cinco y media de la tarde, cuando se recogen para el segundo ordeño.
En la actualidad la fi nca tiene 30 Ha, una por animal, lo que las permite estar perfectamente alimentadas. Además, la alimentación se complementa con un pienso especial para vacas lecheras, heno seco y harina de maiz y fi lo húmedo.
Por las noches, según la meteorologías, las vacas permanecen sueltas o estabuladas. En este caso se aprovecha para recoger purines.
La producción del queso…
Nos adentramos en la quesería, donde nos recibe Rosalía Vega, que lleva 3 años elaborando el queso, excepto los fi nes de semana, que se encarga otro chico. Rosalía es ingeniero forestal, pero trabajaba en turismo. Josefa no estaba en el momento de nuestra visita, algo liada con asuntos médicos. Me dio pena no conocerla, quizás en la próxima visita.
Rosalía es encantadora, le encanta su trabajo, lo exterioriza en cada actitud y elabora el queso con la misma pasión con que lo hacía Josefa, que normalmente supervisa la producción diariamente. La quesería está pared con pared con la sala de ordeño. La bomba de vacío envía la leche a un depósito a una altura ligeramente mayor que la cuba de 200 lts donde se elaborará el queso. Esto es muy importante, ya que la leche cae por gravedad a poca velocidad y de esta forma no se rompe el glóbulo graso de la leche y el queso es de mucha más calidad
Si no entra toda la leche en la cuba, se mete en una tinaja de latón. Ambos recipientes se mantienen al baño maría a 36,5ºC aproximadamente, la misma temperatura de la leche recien ordeñada. Inmediatamente se añade la sal (18 gr por litro), se remueve a mano y se añade cuajo líquido vegetal. No lleva fermentos lácticos. Se deja en reposo 45 minutos aproximadamente.
La limpieza de las instalaciones y del circuito de la leche es muy delicado. La limpieza debe ser impecable, pero no se pueden emplear productos fuertes que erradiquen las bacterias lácticas propias de la leche, que sustituyen a los fermentos lácticos industriales y le proporcionan al queso su carácter propio.
Cuando la leche ha cuajado, se rompe el cuajo introduciendo los dos brazos y haciendo movimientos circulares muy despacio, con mucha delicadeza. Esto es vital para obtener la calidad deseada. Es como si se masajeara suavemente el cuajo. El suero obviamente se va liberando y se forman trozos de cuajo fl otando de unos 2 cm. Se abre el grifo de fondo de la cubeta y se va vaciando el suero sobre un colador. El suero no se aprovecha
Otra fase fundamental de la elaboración del queso es el volcado en moldes de plastico. Se coge otro colador, se vuelca en el molde y se aposenta con las manos con mucha delicadeza, para que la masa suelte un poco más de suero.
Como en otros reportajes sobre quesos, le pedía a Rosalía ayudarla en todas las faenas que pudiera, para quedarme mejor con todos los detalles de la elaboración. De esa forma, estuve rompiendo el cuajo en la cubeta y llenando algunos moldes.
El molde se llena de forma que sobresalga un poco la masa. Se posan las dos manos y se aprieta suavemente, como exprimiendo, para liberar la cantidad justa de suero. Nos comenta Rosalía con gracia que si un día está enfadada y aprieta el queso con mala idea, luego lo nota en el resultado fi nal.
Con 220 litros de leche, se elaboran unos 40 quesos, que el primer día pesan alrededor de 1.100 gr y al fi nalizar el afi nado, para la venta, unos 900 gr. El rendimiento es aproximadamente 5 lts de leche por un Kg de queso, lo que es relativamente alto.
El queso se voltea a las dos horas y permanece en los moldes 24 horas en nevera, transcurrido ese tiempo, se encinta, se le da la vuelta y se prepara para su transporte a la cava de maduración.
Nos cuenta Rosalía que Josefa tiene 65 años y ya está jubilada pero que para ella es como una madre, va todos los días a tomar café con ella y es su referencia. Cada vez que está preocupada porque el queso no ha evolucionado bien o tiene dudas en alguna elaboración, la acompaña a la quesería y le resuelve la duda.
La maduración… Para elaborar un queso de esta calidad, cada una de las fases de su elaboración deben pasarse con extremo cuidado y atención y tan importante es su tratamiento en la cava, como lo que hemos visto hasta ahora.
Tras la visita a la quesería dimos un paseo por los bucólicos pastos donde las vacas vagaban libremente, alimentándose, mostrándose relajadas y felices.
Hora y media más tarde entrabamos en la frutería, donde en su sótano se ubica la zona de maduración y preparación de pedidos.
Nos recibe Dulce y bajamos en un ascensor montacargas. Hay una cámara frigorífi ca donde se almacenan los quesos frescos. Permanecen un día o dos en cajas, con el remanente del suero (creen que en el propio suero el queso desarrolla los fermentos lácticos) y de ahí pasan a unas bandejas de desuerado, donde permanecen entre diez días y dos semanas.
Después pasan a la cámara de maduración (aproximadamente 6ºC y 80% de humedad), donde se da vuelta a los quesos todos los días, mientras van rotando los quesos en las estanterías, de forma que los más frescos ocupen siempre las mismas posiciones y los más curados también. Mientras maduran, se cambia la cinta varias veces.
Nos resalta Dulce que tienen que prestar mucha atención para evitar que entren hongos en la cámara.
Tuve la oportunidad de probar el queso que se había desbordado del molde y se había depositado sobre la estantería. Jamás había probado un queso tan suave en textura y equilibrado y armonioso en sabor. Es un queso muy frágil que cambia con facilidad de sabor, dependiendo de su maduración y de las condiciones de almacenamiento.
He ido relatando las condiciones tan especiales en la producción de la leche, sus procesos para formar el cuajo, la rotura del mismo para crear un grano de un calibre y textura determinada, la delicadeza en el moldeado y la atención permanente en el desuerado y maduración. El resultado de todo ello es un queso muy singular
Pero lo que hace este queso único y que sea reconocido como uno de los mejores del mundo, son sus cinco patas.
La experiencia, el instinto y el amor de Josefa durante muchos años para desarrollarlo.
El emprendimiento, la apuesta decidida y la efi ciencia empresarial de Miguel.
El cuidado y el cariño de Carlos hacia los animales.
La recogida de las enseñanzas de Josefa y la delicadeza en la elaboración del queso por Rosalía
El conocimiento de Dulce para conseguir el punto perfecto de maduración.
Os recomiendo encarecidamente probarlo, si lo hacéis, disfrutaréis la experiencia y sin duda, ya no podréis dejar de repetir y repetir.

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