En cada una de ellas pudimos disfrutar de la cata de
sus vinos de la mano de la última generación, Cesar,
que introducía la venencia en botas escogidas para
que pudiéramos comprender mejor la forma de
trabajar de ellos, y el sabor característico de sus
vinos. Nos sorprendió mucho su Fino en rama Peña del
Águila, una bota única con toda la salinidad del mar y
la complejidad de la flor
Nos quedamos con sus moscateles:
– Dorado, el sabor de la moscatel, almibar, caramelo,
miel.
– Especial, algo más maduro, con un añadido de un
arrope familiar de más de 60 años que le dá ese color
que tiene. Aparecen maderas finas, barnices, higos,
dátiles.
– Pasa, criado en bota unos 3-5 años, lleno de matices
de la madera donde se cria, moscatel, pasas, higos.
Vinos deliciosos, muy parecidos, pero a la vez muy
diferentes, cada uno con su caracter y sobre todo muy
gastronómicos. Merecen la pena